*Sin ser reinstalado en FGV el
médico legisla Pablo Mendizábal
Orizaba, Ver.- A 17 años del feminicidio de Ernestina Ascencio, el médico legista Juan Pablo Mendizábal Pérez, quien certificó la agresión sexual contra la mujer de la sierra de Zongolica vivió un viacrucis, pero con ayuda de su familia salió adelante. El pueblo de Soledad Atzompa lo acogió y hoy labora en el Centro de Salud Ampliado.
Agradeció al Gobierno Federal y al presidente Andrés Manuel López Obrador, porque ahora es parte de los servicios médicos en la comunidad de Atzompa.
Recordó que desde hace cinco años, las autoridades locales y comunitarias le tendieron la mano para conseguir el empleo como médico residente para atender a las familias de la sierra fría de Zongolica.
A Mendizábal Pérez, el gobierno de Felipe Calderón, a través del exgobernador Fidel Herrera, le pidió cambiar el dictamen, pero como se negó a respaldar la versión de muerte por gastritis de la indígena, empezó a sufrir una persecución y, a dos años de salir jubilado, lo cesaron de su trabajo diciendo que “reprobó los exámenes de confiabilidad”.
Sin recibir una liquidación fue despedido. Sufrió presiones laborales, lo que derivó su salida de la entonces Procuraduría General de Justicia, con más de 20 años de experiencia.
Ante la violación a sus derechos, acudió al Tribunal de lo Contencioso Administrativo y ganó el laudo, pero el gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares se amparó para no reinstalarlo en su fuente laboral.
El año pasado, la Fiscalía General del Estado de Veracruz anunció que aceptó la recomendación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) por el caso de la muerte de la mujer indígena Ernestina Ascencio Rosario.
La presidenta de la CNDH, Maestra Rosario Piedra Ibarra, determinó que se iniciara la revisión de la Recomendación 34/2007 sobre el caso de Ernestina Ascencio Rosario y, derivado de ésta emitió una recomendación al gobierno del estado y a la Fiscalía para que hicieran la reparación moral y material a la familia, pero hasta ahora no hay justicia para Ernestina Ascencio y sus hermanos.
